El Trust de Nueva Zelanda como vehículo para la planificación patrimonial

¿Qué es un trust?

Es un contrato del derecho anglosajón por el cual una persona (“settlor”) transfiere la propiedad de determinados activos a una persona independiente (“trustee”), quien tendrá la potestad de administrar dichos activos en beneficio de los beneficiarios del trust.

El settlor es quien designa a los beneficiarios y determina el momento en el cual el trustee deberá transferirles los referidos activos.

Es importante señalar que los activos que se transfieren al trustee no pasan a integrar el patrimonio particular del mismo (pues se trata de un patrimonio autónomo e independiente del patrimonio del settlor, del trustee y de los beneficiarios), por lo que no pueden ser perseguidos por sus propios acreedores. Dichos activos se transfieren exclusivamente para que sean administrados en beneficio de los beneficiarios, de acuerdo a los términos pactados en el contrato.

La ley de Nueva Zelanda admite la creación discrecional del Protector para controlar las acciones del trustee. Dado que los trustees suelen tener amplias potestades de administración, es muy común que el settlor designe a una persona de su confianza para desempeñar este cargo.

Los trusts además pueden ser revocables o irrevocables. Muchas veces por razones impositivas, se opta por establecer trusts que son irrevocables (a través de los cuales se dispone y se transmite plenamente la propiedad de los activos). Sin embargo, existe también la opción de que el trust sea revocable, permitiéndole al settlor recuperar la titularidad de los activos y ponerle fin a la propiedad fiduciaria.

¿En qué casos el trust proporciona soluciones?

Se trata de un instrumento versátil y flexible, que permite adaptación para diferentes situaciones tales como: planificación sucesoria; protección de activos; implementación de estructuras  corporativa complejas en un mundo globalizado; canalizar inversiones concretas; prever para los estudios de los hijos y nietos; depósito en custodia de bienes en transacciones comerciales y caridad, entre otros.

¿Qué ventajas proporciona Nueva Zelanda frente a otras jurisdicciones?

La principal ventaja es impositiva. Siempre que el settlor no sea una persona residente en Nueva Zelanda y los activos no tengan actividad imponible en Nueva Zelanda, el trust estará exento de todo impuesto. Asimismo, las distribuciones que se hagan a los beneficiarios, están también exentas de impuestos en Nueva Zelanda.

Nueva Zelanda es una jurisdicción internacionalmente reconocida y respetada, que cuenta con estabilidad política y económica, así como también un sistema jurídico sólido.

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Imagen: Max Lawton – Unsplash

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