Cuando las fronteras no son un límite: rediseñando el patrimonio familiar con visión global
El caso de una familia venezolana que convirtió la movilidad en una herramienta estratégica para proyectar su legado y empoderar a la siguiente generación.
Una mañana despejada en Caracas, Luis y Mariana observaban cómo sus hijas —Isabel y Victoria, de 22 y 26 años— discutían si abrir una segunda sede del negocio familiar en Madrid o Miami. No era una conversación casual. Era una señal: la siguiente generación estaba lista para tomar la delantera, pero el escenario había cambiado.
Luis, ingeniero y fundador de una empresa agroindustrial que sobrevivió tres décadas de controles e hiperinflación, entendía que el capital financiero era solo una parte del legado. Hoy, el capital de movilidad —la libertad para emprender, residir o decidir— es un activo estratégico. Venezuela ya no ofrecía esa opción.
“¿Y si dejamos de pensar en mudarnos… y comenzamos a pensar en expandirnos?”, propuso Mariana durante una reunión familiar. Verbalizó lo que todos pensaban: que el crecimiento del patrimonio exigía más que planificación fiscal —exigía arquitectura institucional.
Luis y Mariana ya eran clientes de Investa Trust, con quienes habían trabajado temas de protección patrimonial y planificación sucesoria. Ahora nos planteaban un nuevo reto: abrir posibilidades de vida y liderazgo para sus hijas sin fracturar el legado construido.
Tras explorar distintas alternativas, optaron por un camino poco convencional: Grenada, en el Caribe. Esta jurisdicción ofrecía un pasaporte con acceso libre a la UE, Reino Unido, China y Rusia; un tratado E-2 con EE. UU. que permite emprender sin necesidad de inmigrar; y la posibilidad de incluir a sus hijas y a los padres de Luis como dependientes. Más que un pasaporte, era una herramienta para globalizar el legado familiar.
La elección fue especialmente relevante en el contexto actual, donde los cambios en la política migratoria de Estados Unidos, sumados a la creciente inestabilidad geopolítica global, obligan a las familias empresarias a pensar con anticipación y actuar con estrategia. La movilidad internacional ya no es solo una opción para mejorar la calidad de vida; es una condición para preservar el liderazgo y la continuidad patrimonial en un mundo cada vez más volátil.
Con la ciudadanía de Grenada aprobada en menos de cinco meses, Isabel lanzó una startup de tecnología agrícola desde Atlanta bajo una visa E-2. Victoria inició un máster en Milán, donde hoy abre mercados en el sur de Europa para la empresa familiar.
Luis y Mariana eligieron Montevideo como nueva base operativa. Uruguay les ofrecía lo que buscaban: un sistema fiscal territorial claro, institucionalidad sólida y previsibilidad jurídica. Desde su nuevo hogar con vista al Río de la Plata, Luis lidera el consejo familiar con una serenidad que Caracas ya no permitía.
“No se trata de irse. Se trata de diseñar una vida en la que nuestras hijas puedan decidir desde dónde seguir construyendo”, resume Mariana.
Esta historia no es de renuncia, sino de expansión. En un mundo donde el capital circula libremente pero las personas no, la libertad de movimiento —jurídica, estratégica y emocional— se ha convertido en la nueva frontera del liderazgo familiar.
En Investa Trust, acompañamos a familias que desean proyectar su legado más allá de las fronteras.
Si estás explorando alternativas de residencia o ciudadanía que te permitan liderar con libertad, podemos ayudarte a diseñarlas con visión, estructura y propósito.